La plataforma es una película española de ciencia ficción dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia que ha generado mucha controversia y debate desde su lanzamiento en 2019. La trama se desarrolla en una prisión vertical llamada El Hoyo, donde los prisioneros son alimentados a través de una plataforma que desciende por todos los niveles. Cada nivel tiene dos prisioneros y solo tienen dos minutos para comer antes de que la plataforma descienda al siguiente nivel. A medida que la plataforma desciende, la comida se vuelve escasa y los prisioneros de los niveles más bajos sufren hambre y violencia extrema.
Final ambiguo y múltiples interpretaciones
El final de La plataforma es ambiguo y permite múltiples interpretaciones por parte del público. Algunos espectadores han encontrado el final frustrante debido a su falta de claridad, mientras que otros lo han elogiado por su capacidad de generar discusión y reflexión. El director, Galder Gaztelu-Urrutia, ha declarado en varias entrevistas que quería dejar el final abierto a la interpretación del espectador, permitiendo que cada persona saque sus propias conclusiones.
Goreng ayuda a una niña a subir al nivel 0
Uno de los momentos más destacados del final es cuando el protagonista, Goreng, decide ayudar a una niña a subir al nivel 0. A lo largo de la película, Goreng ha sido testigo de la brutalidad y la desigualdad en El Hoyo, y su decisión de ayudar a la niña se interpreta como un mensaje de esperanza y cambio. Al ayudar a la niña a subir al nivel 0, Goreng está simbólicamente diciendo que las nuevas generaciones pueden ser la clave para cambiar un sistema desigual.
La teoría de que el nivel 333 no existe y Goreng está muerto
Una teoría popular entre los espectadores es que el nivel más bajo de la prisión, el nivel 333, en realidad no existe y que Goreng está muerto antes de llegar allí. Esta teoría se basa en varias pistas a lo largo de la película, como el hecho de que nadie ha sobrevivido lo suficiente como para llegar al nivel 333 y la misteriosa desaparición de Goreng y su compañero de celda, Baharat, en el nivel 171. Además, el director ha insinuado en entrevistas que el nivel 333 es una metáfora de la muerte y que el final es una representación del viaje de Goreng hacia la muerte.
La crítica al sistema capitalista no se confirma ni se desmiente
La plataforma ha sido interpretada por muchos como una crítica al sistema capitalista y a la desigualdad social. Sin embargo, el final de la película no confirma ni desmiente esta interpretación. A lo largo de la trama, se muestra claramente la desigualdad entre los niveles de la prisión y cómo los prisioneros de los niveles superiores se aprovechan de los de los niveles inferiores. Sin embargo, el final no ofrece una solución definitiva a este problema y deja al espectador con la pregunta de si el sistema puede ser cambiado o si está condenado a perpetuarse.
Las fallas tanto del capitalismo como del socialismo
La plataforma también plantea la idea de que tanto el capitalismo como el socialismo tienen sus fallas. A lo largo de la película, vemos cómo Goreng y Baharat intentan convencer a los demás prisioneros de compartir voluntariamente su comida para garantizar la supervivencia de todos. Sin embargo, sus intentos terminan en fracaso y violencia, ya que matan a la mitad de los prisioneros en su intento de imponer la igualdad. Esto sugiere que incluso cuando se intenta implementar un sistema más igualitario, pueden surgir problemas y conflictos.
Goreng lleva la panna cotta al nivel más bajo pero no cambia su opinión
En el clímax de la película, Goreng logra llevar una panna cotta, un postre que simboliza la esperanza y la humanidad, al nivel más bajo de la prisión. Sin embargo, a pesar de este gesto simbólico, Goreng no cambia su opinión sobre compartir el resto de la comida. Esto puede interpretarse como una representación de la resistencia al cambio y la dificultad de romper con las estructuras establecidas. Aunque Goreng ha experimentado de primera mano la brutalidad y la desigualdad en El Hoyo, su experiencia no ha sido suficiente para cambiar su visión del mundo.
El director busca múltiples interpretaciones y deja la decisión al público
Galder Gaztelu-Urrutia ha dejado claro que quería que el final de La plataforma se interpretara de múltiples formas y que la decisión final quedara en manos del público. Al dejar el final abierto a la interpretación, el director invita a los espectadores a reflexionar sobre los temas presentados en la película y a formar sus propias conclusiones. Esto ha llevado a debates apasionados sobre el significado detrás del final y ha contribuido a la longevidad de la película en la cultura popular.
Existencia de un final alternativo descartado
Se ha revelado que se filmó un final alternativo para La plataforma, pero que finalmente fue descartado. En este final alternativo, se mostraba a Goreng y Baharat logrando cambiar el sistema y estableciendo una sociedad más justa en El Hoyo. Sin embargo, el director decidió que este final era demasiado optimista y no encajaba con la visión más ambigua y reflexiva que tenía para la película. Aunque este final alternativo no se muestra en la versión final de la película, su existencia demuestra la intención del director de explorar diferentes posibilidades y dejar que el público decida cómo interpretar el final.
El final de La plataforma es ambiguo y permite múltiples interpretaciones. Desde la teoría de que el nivel 333 no existe y Goreng está muerto, hasta la crítica tanto al sistema capitalista como al socialismo, el final de la película deja al espectador con preguntas y reflexiones. El director, Galder Gaztelu-Urrutia, buscaba generar debate y reflexión con su película, y el final abierto y ambiguo es una parte integral de esa visión. Al dejar la interpretación final en manos del público, La plataforma se convierte en una película que sigue siendo discutida y analizada mucho después de su lanzamiento.
