La noche devora el mundo

¡Advertencia de Spoilers!

¡Este artículo contiene detalles reveladores sobre la trama que podrían arruinar sorpresas si aún no has experimentado la historia. Lee bajo tu propia discreción si estás dispuesto a conocer estos elementos antes de explorar la obra por ti mismo.

Año: 2018
Drama,Terror,
Descubre el final explicado de La noche devora el mundo y sumérgete en un análisis crítico de esta película post-apocalíptica. Reflexiones sobre la soledad, la frivolidad y el tono desolado de París te esperan. ¡No te lo pierdas!

La noche devora el mundo es una película francesa de 2018 dirigida por Dominique Rocher y basada en la novela homónima de Pit Agarmen. La trama sigue a Sam, interpretado por Anders Danielsen Lie, quien se encuentra encerrado en un bloque de pisos en París después de un apocalipsis de origen desconocido. Las calles están plagadas de zombis o infectados, y Sam debe encontrar la manera de sobrevivir en este nuevo mundo desolado.

La trama de «La noche devora el mundo»

La película comienza con Sam despertando en un apartamento después de una fiesta. Al salir a la calle, se da cuenta de que algo extraño está sucediendo. Las calles están desiertas y hay señales de violencia por todas partes. Pronto se da cuenta de que la ciudad está siendo invadida por zombis o infectados, y decide refugiarse en el edificio donde vive su exnovia.

A medida que pasa el tiempo, Sam se da cuenta de que está solo en el edificio. No hay señales de vida humana, excepto por los zombis que deambulan por las calles. Se las arregla para asegurar el edificio y se establece en su nuevo hogar improvisado. Sin embargo, la soledad comienza a afectarlo y se sumerge en la monotonía y la apatía.

Reflexiones sobre la soledad y sus consecuencias

La noche devora el mundo es una película que reflexiona sobre la soledad y sus consecuencias. Sam se encuentra atrapado en un mundo donde no hay nadie más con quien interactuar. La falta de contacto humano comienza a afectarlo psicológicamente, y se sumerge en la desesperanza y la apatía.

La película muestra cómo la soledad puede llevar a la pérdida de la motivación y la falta de propósito en la vida. Sam pasa los días sin hacer nada reseñable, dejándose llevar por la molicie más absoluta. No busca respuestas a lo que ha sucedido a través de la televisión o la radio, sino que se sumerge en la rutina de la supervivencia diaria.

La soledad también se refleja en las conversaciones de Sam con una de las criaturas infectadas que retiene en un ascensor atascado. Aunque la criatura no puede responder, Sam encuentra consuelo en hablarle y expresar sus pensamientos y sentimientos. Esta interacción simbólica muestra la necesidad humana de conexión y comunicación, incluso en las circunstancias más extremas.

La frivolidad ante la tragedia

La noche devora el mundo también aborda la frivolidad ante la tragedia. A medida que Sam se sumerge en la soledad y la apatía, se convierte en un espectro sin motivación en medio de la devastación que lo rodea. La película muestra cómo la tragedia puede convertirnos en seres sin rumbo, sin metas ni aspiraciones.

En lugar de buscar respuestas o soluciones, Sam se deja llevar por la inercia y la falta de propósito. La película critica la actitud frívola que podemos adoptar ante situaciones extremas, donde la supervivencia debería ser nuestra principal preocupación. Sam se pierde en la monotonía y la falta de motivación, lo que refleja la fragilidad de la condición humana ante la adversidad.

El tono espectral y desolado de París

La noche devora el mundo utiliza la fotografía y la ambientación para crear un tono espectral y desolado. La ciudad de París se muestra vacía y en ruinas, con calles desiertas y edificios abandonados. La falta de vida humana se refleja en la ausencia de colores vibrantes y en la atmósfera fría y sombría que envuelve la película.

La fotografía utiliza tonos grises y azules para transmitir la sensación de desolación y desesperanza. Los interiores del edificio donde Sam se refugia también están oscuros y desgastados, lo que refuerza la sensación de aislamiento y abandono.

La visita inesperada

Uno de los momentos destacados de La noche devora el mundo es la visita inesperada de otra persona al edificio donde Sam se encuentra refugiado. Esta visita rompe la monotonía y la soledad en la que Sam se ha sumido, y le da un rayo de esperanza en medio de la desesperación.

La interacción entre Sam y esta persona desconocida muestra la importancia de la conexión humana y cómo puede cambiar la perspectiva de alguien en situaciones extremas. A través de esta visita, Sam se da cuenta de que no está solo en el mundo y que todavía hay esperanza de encontrar compañía y apoyo.

Ritmo apacible y sedentario

La noche devora el mundo tiene un ritmo apacible y sedentario. La película se centra en la rutina diaria de Sam y en su lucha por sobrevivir en un mundo desolado. No hay grandes momentos de acción o suspense, sino que se enfoca en los detalles cotidianos de la vida de Sam.

Este ritmo lento y pausado contribuye a transmitir la sensación de soledad y desesperanza que experimenta el protagonista. La película se toma su tiempo para explorar los pensamientos y sentimientos de Sam, y para mostrar cómo la falta de contacto humano afecta su estado de ánimo y su percepción del mundo.

Efectos de maquillaje extraordinarios

La noche devora el mundo destaca por sus efectos de maquillaje extraordinarios en la representación de los zombis o infectados. A diferencia de otras películas del género, donde los zombis suelen tener un aspecto grotesco y exagerado, en esta película se opta por un enfoque más realista y sutil.

Los zombis están construidos con maquillaje que los hace parecer personas normales, pero con rasgos desfigurados y una mirada vacía y amenazante. Esta elección estética contribuye a crear una atmósfera más inquietante y perturbadora, ya que los zombis se ven más cercanos a los seres humanos y, por lo tanto, más aterradores.

Contribución al cine post-apocalíptico

Aunque La noche devora el mundo no busca revolucionar el cine post-apocalíptico, aporta su grano de arena al género. La película se centra en la experiencia individual de un personaje en un mundo devastado, en lugar de enfocarse en la acción y la lucha por la supervivencia.

La noche devora el mundo ofrece una visión más introspectiva y reflexiva del apocalipsis, explorando las consecuencias psicológicas de la soledad y la falta de propósito. Esta perspectiva única y su enfoque en los detalles cotidianos de la vida de Sam hacen que la película se destaque dentro del género.

Recomendación para adictos a la variante infecciosa del fin del mundo

La noche devora el mundo es una película que reflexiona sobre la soledad y sus consecuencias en un mundo post-apocalíptico. A través de la historia de Sam, la película muestra cómo la falta de contacto humano puede afectar nuestra psicología y nuestra percepción del mundo.

La película utiliza una fotografía espectral y desolada para transmitir la sensación de aislamiento y abandono. Además, los efectos de maquillaje extraordinarios en la representación de los zombis contribuyen a crear una atmósfera inquietante y perturbadora.

Aunque La noche devora el mundo no busca revolucionar el cine post-apocalíptico, aporta una perspectiva única y reflexiva al género. Es una recomendación para aquellos adictos a la variante infecciosa del fin del mundo, que buscan una experiencia cinematográfica más introspectiva y pausada.

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