La película TÁR es un drama musical que sigue la vida de Lydia Tár, una famosa directora de orquesta que pierde todo su poder y prestigio debido a sus abusos de poder y manipulación. El final de la película es impactante y deja al espectador reflexionando sobre el significado de la historia y las acciones de Lydia. En este artículo, analizaremos en detalle el final de TÁR y exploraremos los temas y simbolismos presentes en la película.
Lydia Tár pierde todo su poder y prestigio
En el clímax de la película, Lydia Tár es expuesta públicamente por sus abusos de poder y manipulación en el mundo de la música. Sus colegas y subordinados revelan sus acciones y la acusan de destruir carreras y arruinar vidas en su búsqueda de poder y reconocimiento. Como resultado, Lydia pierde todo su poder y prestigio en la industria musical, dejándola en un estado de completa desesperación y desamparo.
Lydia regresa a su casa de la infancia en Estados Unidos
Después de perder todo, Lydia regresa a su casa de la infancia en Estados Unidos en busca de refugio y consuelo. Este regreso simboliza un retorno a sus raíces y un intento de encontrar una nueva dirección en su vida. Lydia se enfrenta a su pasado y se ve obligada a confrontar las consecuencias de sus acciones.
Lydia acepta un trabajo en Asia dirigiendo el score de un videojuego
En un intento de reconstruir su vida, Lydia acepta un trabajo en Asia dirigiendo el score de un videojuego. Este trabajo representa un nuevo comienzo para Lydia, pero también es un recordatorio constante de su caída desde la cima. Aunque el trabajo es humilde en comparación con su antigua posición, Lydia se aferra a él como una oportunidad para redimirse y encontrar un propósito en su vida.
Lydia se ve obligada a aceptar un trabajo humillante
A medida que Lydia se sumerge en su nuevo trabajo, se da cuenta de que está siendo explotada y humillada por sus empleadores. A pesar de su talento y experiencia, se le asignan tareas menores y se le trata con desprecio. Esta experiencia la lleva a cuestionar su valía y a enfrentarse a una crisis de identidad.
Lydia experimenta una crisis de identidad
La crisis de identidad de Lydia se intensifica a medida que se enfrenta a la realidad de su situación. Se pregunta quién es realmente sin su poder y prestigio, y si alguna vez podrá recuperar su antigua gloria. Lydia se siente perdida y confundida, sin saber cómo reconstruir su vida y encontrar un propósito significativo.
El sonido del metrónomo representa la maldición y la bendición de su talento musical
A lo largo de la película, el sonido del metrónomo se convierte en un símbolo recurrente que representa la maldición y la bendición del talento musical de Lydia. El metrónomo simboliza la disciplina y la perfección que Lydia ha perseguido obsesivamente a lo largo de su carrera, pero también representa la rigidez y la falta de libertad creativa. El sonido constante del metrónomo se convierte en una metáfora de la prisión en la que Lydia se ha encerrado a sí misma.
La carrera de Lydia es destruida debido a sus abusos de poder
La película muestra cómo los abusos de poder de Lydia finalmente la alcanzan y destruyen su carrera. Sus acciones manipuladoras y su falta de empatía hacia los demás la han llevado a perder todo lo que ha construido. Este aspecto del final de la película sirve como una advertencia sobre las consecuencias de utilizar el poder de manera irresponsable y egoísta.
La relación entre Lydia y Sharon era transaccional
Uno de los aspectos más reveladores del final de TÁR es la revelación de que la relación entre Lydia y su asistente, Sharon, era puramente transaccional. Sharon ha estado ayudando a Lydia en sus manipulaciones y abusos de poder a cambio de beneficios personales y oportunidades profesionales. Esta revelación muestra cómo Lydia ha utilizado a las personas a su alrededor para su propio beneficio, sin importarle las consecuencias para los demás.
Lydia destruyó la carrera de Krista al sabotearla
Otro giro sorprendente en el final de la película es la revelación de que Lydia ha saboteado la carrera de Krista, una joven y talentosa violinista. Lydia, celosa del talento de Krista, ha utilizado su influencia para asegurarse de que Krista nunca tenga éxito en la industria musical. Esta revelación muestra hasta qué punto Lydia estaba dispuesta a llegar para mantener su propio poder y estatus.
Lydia se da cuenta de sus acciones y se horroriza
En un momento crucial del final de la película, Lydia se enfrenta a las consecuencias de sus acciones y se da cuenta del daño que ha causado a las personas que la rodean. Se horroriza al darse cuenta de la magnitud de su crueldad y manipulación, y se enfrenta a la realidad de que ha perdido su humanidad en su búsqueda de poder y reconocimiento.
Lydia acepta que ha sacrificado su arte por el poder
En un momento de profunda reflexión, Lydia llega a aceptar que ha sacrificado su verdadero arte por el poder y el prestigio. Se da cuenta de que su obsesión por el control y la perfección la ha alejado de la esencia misma de la música y la ha convertido en una persona vacía y sin alma. Lydia se enfrenta a la realidad de que ha perdido su verdadero propósito en la vida y se siente abrumada por el arrepentimiento.
El último concierto de Lydia es una forma de redención
En un acto de redención, Lydia decide dar un último concierto en el que interpreta una pieza musical que ha compuesto ella misma. Este concierto representa un intento de reconciliarse con su pasado y encontrar la paz interior. A través de su música, Lydia busca transmitir su dolor y arrepentimiento, y encontrar una forma de sanar y seguir adelante.
Lydia comienza desde cero y acepta las consecuencias de sus acciones
Al final de la película, Lydia decide comenzar desde cero y aceptar las consecuencias de sus acciones. Se da cuenta de que no puede deshacer el daño que ha causado, pero está dispuesta a enfrentar las consecuencias y trabajar para convertirse en una mejor persona. Lydia se compromete a utilizar su talento musical de una manera más auténtica y significativa, y a buscar la redención a través de su arte.
El final de TÁR es un poderoso cierre para la historia de Lydia Tár. A través de su caída desde la cima y su posterior búsqueda de redención, la película nos lleva a reflexionar sobre el poder, la manipulación y las consecuencias de nuestras acciones. El final nos deja con una sensación de esperanza y la idea de que siempre es posible encontrar la redención y comenzar de nuevo, incluso después de cometer errores graves. TÁR es una película que nos invita a reflexionar sobre nuestras propias acciones y a considerar el verdadero significado de la vida y el arte.
