La película «Cien años de perdón» es un thriller español dirigido por Daniel Calparsoro que cuenta la historia de un grupo de atracadores que toma como rehenes a los empleados de un banco en Valencia. A medida que la trama se desarrolla, los personajes se ven envueltos en una serie de giros y sorpresas que mantienen al espectador en vilo hasta el final. En este artículo, analizaremos el desenlace de la película y explicaremos cómo se resuelven los diferentes conflictos planteados a lo largo de la trama.
El escape por el túnel
Después de haber tomado el control del banco, los atracadores deciden escapar a través de un túnel que habían excavado previamente. Sin embargo, cuando intentan salir por el otro extremo, se encuentran con que el túnel está inundado debido a la presión del agua. Esto los obliga a regresar al banco y buscar una nueva forma de escapar.
La caja de seguridad comprometedora
Durante el atraco, los atracadores logran abrir una caja de seguridad que contiene documentos comprometedores pertenecientes a un político imputado. Esta revelación pone en peligro no solo a los atracadores, sino también a los políticos corruptos que están involucrados en el caso. La caja de seguridad se convierte en un elemento clave de la trama y desencadena una serie de eventos que llevan a un desenlace sorprendente.
El encuentro cara a cara
El inspector Domingo, interpretado por Luis Tosar, propone un encuentro cara a cara con el líder de los atracadores, conocido como «El Uruguayo». El objetivo de este encuentro es establecer una comunicación directa y buscar una solución pacífica al conflicto. El líder de los atracadores acepta la propuesta y se reúne con el inspector en un lugar acordado.
La huida por el patio
Después de la reunión con el inspector, los atracadores deciden cambiar su estrategia de escape y optan por huir por el patio del banco. Utilizando cuerdas y escalando por la fachada de un edificio vecino, logran llegar hasta el cuarto piso. Esta escena de acción intensa mantiene al espectador al borde de su asiento y crea un ambiente de tensión y suspense.
El tiroteo y la herida de la directora
En medio de la huida por el patio, se produce un tiroteo entre los atracadores y la policía. Durante el intercambio de disparos, la directora de la sucursal resulta herida. Esta situación añade un elemento de peligro y urgencia a la trama, ya que los atracadores se ven obligados a tomar decisiones rápidas para proteger a los rehenes y asegurar su propia supervivencia.
El intento de convencer a los atracadores
Mellizo, el jefe de seguridad del banco interpretado por Rodrigo De la Serna, intenta convencer a los atracadores de que se rindan y liberen a los rehenes. Sin embargo, el líder de los atracadores se niega a ceder y amenaza con matar a los rehenes si alguien intenta interferir en su plan. Esta tensión entre Mellizo y el líder de los atracadores crea un conflicto adicional en la trama y plantea la pregunta de si los atracadores realmente están dispuestos a llegar hasta el final.
La botella de champán caliente
En medio de la tensión y el caos, los atracadores abren una caja de seguridad que habían alquilado previamente y encuentran una botella de champán caliente. Este detalle aparentemente insignificante se convierte en un símbolo de la frustración y la desesperación de los atracadores, quienes se encuentran atrapados en una situación cada vez más complicada y peligrosa.
La reconciliación entre El Gallego y el líder
En un momento de calma, El Gallego, interpretado por Raúl Arévalo, se disculpa con el líder de los atracadores por un incidente del pasado. Esta disculpa lleva a una reconciliación entre los dos personajes y crea un vínculo emocional que se vuelve crucial en el desenlace de la película. La relación entre El Gallego y el líder de los atracadores se convierte en un elemento clave para entender las motivaciones y las decisiones de los personajes.
Ayuda a evitar el desahucio
En un gesto inesperado, El Loco, interpretado por José Coronado, entrega dinero a una de las rehenes para ayudarla a evitar el desahucio de su vivienda. Este acto de generosidad y compasión muestra una faceta diferente de los atracadores y plantea la pregunta de si realmente son los «malos» de la historia. Este detalle añade una capa adicional de complejidad a los personajes y a la trama en general.
Las demandas y la amenaza de revelar información
El líder de los atracadores exige hablar con alguien del gobierno y amenaza con revelar la información comprometedora del disco de Soriano si no se cumplen sus demandas. Esta amenaza pone en peligro a los políticos corruptos y crea un dilema moral para los personajes que se ven involucrados en la situación. La revelación de la información del disco de Soriano se convierte en un elemento clave para el desenlace de la película y plantea la pregunta de si la verdad prevalecerá sobre la corrupción.
La implicación del CNI y la llamada de Domingo
En un giro sorprendente, el inspector Domingo descubre que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) está involucrado en la operación y llama a un conocido para informarle de la situación. Esta revelación añade un elemento de conspiración y corrupción a la trama y plantea la pregunta de quién está realmente detrás de todo el plan. La llamada de Domingo marca un punto de inflexión en la historia y lleva a un desenlace lleno de acción y revelaciones.
El desenlace de «Cien años de perdón» es una combinación de acción, suspense y giros inesperados. A medida que la trama se desarrolla, los atracadores se enfrentan a una serie de obstáculos y conflictos que ponen en peligro su plan y su vida. El descubrimiento de la caja de seguridad comprometedora, el tiroteo con la policía, la reconciliación entre El Gallego y el líder, y la revelación de la implicación del CNI son solo algunos de los elementos que contribuyen a un final emocionante y sorprendente. «Cien años de perdón» es una película que mantiene al espectador en vilo hasta el último minuto y que deja una impresión duradera.